Columna Semanal

Vergüenza es…robar

Hoy elegí un título que no es de mi autoría, pero sé que tengo autorización para hablar del concepto; la aprendí de mi abuelo materno y es una de las 50 claves de mi libro.

Siempre recuerdo que desde que tenía unos 12 años, mi abuelo me daba consejos, muchas veces yo le decía que no haría tal cosa porque me daba vergüenza. Él siempre respondía: Dany, vergüenza es robar… el resto son formas o herramientas para llegar a tus metas.

¡Qué lección de vida me dio el viejo! Creo que él no tenía idea del impacto que un simple y pragmático consejo tendría en mi futuro; junto a muchas otras enseñanzas; reconozco que gracias a él, soy quien soy hoy, y siempre está en mis pensamientos.

Hoy decidí escribir, después de ver a muchas personas que por diferentes motivos no hacen lo que podrían, por simple vergüenza, como resultado, viven en un mundo que han construido con muchas limitaciones. Hablaré de solo dos casos precisos.

Desde que comencé con mi misión de escribir y motivar financieramente a la población latina, recibo correos electrónicos de personas de muchos países de América. Hace unos cinco años, decidí tomar un reto y ser el mentor de algunos jóvenes que, por su forma de escribirme, consideré que merecen y que tienen las virtudes necesarias para triunfar en su vida. La gran mayoría de los jóvenes que elegí, son personas muy modestas que viven en países en donde su peor enemigo es su propio gobierno.

El primer paso, fue hacerles entender quién es su real enemigo, usted seguramente está de acuerdo con que nadie puede ganar una guerra, si no sabe quién es el real adversario. No promuevo anarquías, no me interesa. Simplemente es bueno saber a quién se tiene en la cancha.

Luego, comencé a ayudarlos a ganar más dinero, o en algunos casos, a percibir por primera vez ingresos. El primer obstáculo que encontré fue que cuando ellos me decían que ganaban $3.00 dólares por hora, y los que viven en USA $8.00, yo les explicaba que es inaceptable que una persona que tiene salud y ganas de superación, trabajé por esa cantidad. Que la razón principal por lo que ganaban eso, no era por culpa de su gobierno, o educación, sino por su propia culpa, de subestimarse y creer que no merecen o pueden aspirar a ganar más.

Lamentablemente hay mucho de cierto en seguir modelos familiares. Es común que se repita la historia, es decir, seguir los pasos de los padres, si ellos ganan poco dinero, es normal que yo esté en la misma situación.

Durante el entrenamiento, les sugerí que renunciaran a su trabajo inmediatamente; yo les garantizaba que, si me hacían caso, iban a ganar mínimo, tres veces más en la primera semana. Su primera tarea era comenzar a trabajar de vendedor ambulante, solo por darles un ejemplo, a algunos jóvenes les sugerí que compraran juguetes de $1.00 al por mayor y los vendieran en oficinas a $5.00, si vendían solo cuatro juguetes por hora, estarían ganando $16.00 por hora. Fue motivador saber que algunos de ellos llegaron a vender cuatro juguetes en una misma oficina y llegaron a vender más de 30 juguetes ¡en un día! Pero muchos otros jóvenes no me hicieron caso porque les daba vergüenza realizar ese trabajo. En ese momento yo les decía la frase de mi abuelo: ¡Vergüenza es robar! Mas vergüenza debe darte, no tener dinero para vivir dignamente o esperar que tu gobierno salga a tu rescate.
Lo repito, le tengo más respeto al que entra a mi oficina a venderme algo, que al gerente de un banco que está en la misma posición o cargo hace más de siete años.

Este trabajo cambiará tu vida, lo más importante es que en pocos meses tendrás tu propio negocio y nunca más dependerás de nadie. Solo por darle otro ejemplo, uno de estos jóvenes, vive en Venezuela y juntaba dinero toda la semana para poder ir los lunes a un locutorio (lugar donde se alquila el uso de una computadora) a leer mi columna semanal. ¿Cree usted que este joven tiene la actitud que se necesita para triunfar en la vida? ¡Por supuesto! por eso soy su mentor, no tengo duda que mi respeto y admiración por su progreso me hará sentir orgulloso en unos años.

El segundo caso, sucedió hace unos meses, cuando me llamo un amigó que no veía hace más de dos años y me dijo; Daniel, ¿nos podemos ver? Lo invité a mi oficina; en resumidas palabras, me dijo que hace tiempo que quería verme, pero le daba vergüenza que yo supiese que le iba muy mal y por eso no se animaba a llamarme. ¿Qué cree que le dije? ¡Vergüenza es robar! A mí también me fue mal y quién sabe si me puede ir mal de nuevo; la vida nos pone pruebas y retos todo el tiempo, todo lo que hay que hacer es pasar esas pruebas, sin duda tu vida mejorará y volverás a tener lo mismo o más de lo que tenías.

Luego le dije que justamente los amigos REALES, son los que estarán a tu lado cuando estás mal y cuando los necesites, por lo tanto, debiste haberme llamado antes.

Hay muchos otros motivos por los cuales usted puede sentir vergüenza, pero no abusaré de este espacio. Espero que, desde hoy, elimine limitaciones mentales y atrévase.

Recuerde la frase de mi abuelo cada vez que eso suceda. Vergüenza es robar.

Le dedico esta columna a la memoria de mi abuelo Isaac, que sé, que descansa en paz.

¡Hasta la próxima semana!

Daniel Rutois

Motivador financiero & Negociador
www.hispanoexitoso.com

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